martes, 18 de noviembre de 2008

Pense asesinarte, ahora se que nunca lo haría.


En la soledad, aquella que me acompaño desde que tu te marchaste, me aconsejaba que hacer, y pensaba, en tenerte aquí para asesinarte de manera sutil, por que creía que si no estabas a mi lado no lo estarías con nadie mas, privarte de la vida, sentarte a mi lado en una mesa elegante, con un mantel de organza, y unas copas, llenas de un buen vino tinto, platicar con tu cuerpo, encontrarme con tu alma, y finalmente, morir a tu lado.


Hoy te vi, te tuve cerca, y vi nuevamente esos ojos, y sentí realmente que la soledad se fue, nunca estaría mas feliz, y cuando metí la mano a mi pantalón y sentí aquel revolvér, y en la bolsa de mi chaqueta aquellas pastillas letales, supe que todo fué
un invento de mi mente, un consuelo tonto, nunca le haría el mal a aquella mujer que amo tanto, solo sentía resentimiento por que no estaba conmigo, nunca me puse a pensar que se fue de mi lado por que yo la lastime, y no era justo que nuevamente yo, le causara un dolor, la amo pero tampoco quiero esta soledad al fin de todo beberé ese vino tinto, solo, en la tranquilidad de mi hogar, y finalmente usare mi revolvér, y mi amor perpetuará por siempre.

No hay comentarios: